Nuestra ruta comienza en Torre de Babia, aldea babiana, perteneciente a León. Nos adentramos en el pueblo y ya vemos antes de cruzar un pequeño puente, una cartel que describe la ruta. Dejamos allí el coche y comenzamos nuestra andadura.
La ruta comienza al otro lado del puente donde una pequeña ermita nos expone el primer cartel para dirigirnos al comienzo del recorrido.
Al final del pueblo dejamos a un lado un molino y la antigua "fabrica de la luz". Siguiendo por la pista de hormigón comenzamos subiendo poco a poco por la ladera dejando el valle y el río a nuestra derecha.
Vamos encontrándonos con las hermosas praderas de Tremeo. La pista sube por el valle empinado, por el cual baja el río formando cascadas.
Llegamos a un punto en el que el camino se divide (izquierda y derecha), nosotros seguimos subiendo por el de la izquierda y será en este punto donde volvamos a aparecer para completar la ruta.
Durante el cuaternario, la tierra estuvo sometida a cuatro glaciaciones que mantuvieron cubiertas de nieve buena parte de estas montañas. La intensa acción del hielo modelo el paisaje que ahora se contempla. Desplazo enormes bloques de piedra y sobreescabo cubetas y depresiones , que al remitir el frío, se cubrieron de aguas cristalinas originando lagos y chaguezos como la laguna de las verdes.
Durante el verano, las zonas abiertas de pasto, ofrecen multitud de recursos a muchas aves que, en invierno, se desplazan a zonas mas bajas y protegidas en el fondo del valle. Especies como la perdiz pardilla, escribano montesino, roquero rojo..etc.
Llegamos a la Majada de las Verdes, hasta aquí suben las ojeas a pasar el verano y con ellas el pastor que se cobija en la caseta. Ahora toca la subida mas dura.
Una vez arriba, vemos los meandros del arroyo que nos ofrece unas formas caprichosas que serpentean en la verde pradera. debemos cruzarlo para llegar a la laguna.
Y llegamos a la Laguna de las Verdes. Su nombre se debe a la vegetación que cubre la Laguna en los meses cálidos. Nosotros como podemos apreciar en la foto no lo vimos así, ya que todavía estaba deshelando y empezando a crecer la vegetación.
Esta laguna es de origen glacial y de escasa profundidad debido al pedregal que cae por la falda del Montihuero.
La presión que ejerce el agua al congelarse en las fisuras de las rocas termina por fragmentarlas. los bloques, de diferentes tamaños, caen ladera abajo y se conocen como canchales o pedreras.
Una vez que hemos repuesto energías, seguimos nuestro camino, hay que fijarse bien ya que la flecha que esta en la laguna nos indica que vayamos a la derecha (mucha gente seguía recto).
Siguiendo las indicaciones llegamos a otra laguna mas pequeña formada por el deshielo.
aunque no tiene perdida hay que ir fijándose bien ya que a partir de la laguna, los indicadores están rotos o tirados en el suelo.
Comenzamos a descender dejando el pico Montihuero a nuestras espaldas.
Llegando al final del camino, vemos una pista con el cartel que nos indica que nos quedan 2,5 km para llegar al punto de partida.
Y como no, otra cascada que en esta época bajan espectaculares.
Cuando llegamos al molino, en vez de coger el camino de la izquierda que fue por el que subimos, cogemos el de la derecha y cuando lleguemos a la iglesia cogemos el camino de la izquierda llegando al punto de partida con una fuente, que como no podía ser de otra manera, un agua espectacular.
Es una ruta preciosa en cualquier época del año.
Son 11 km y nosotros tardamos 3:30 h parando a descansar en la laguna y haciendo fotos todo el camino.
Para comer bajamos hasta San Emiliano. En el hotel restaurante Valle de San Emiliano, todo riquísimo.